La fiebre por el soccer ve su recompensa

Los partidos que ha jugado la selección que entrena Jürgen Klinsmann han sido lo más vistos de la historia de Estados Unidos. La afición de este país, donde el fútbol no para de crecer, se ha congregado en plazas públicas, en campos de béisbol con pantallas gigantes e incluso el presidente Obama ha mostrado su apoyo en cada encuentro de la primera fase, en que la que han superado uno de los grupos más duros para clasificar a octavos de final, donde se medirán a Bélgica.

En la última jornada, ante Alemania, el pase a la siguiente fase era casi un hecho. El empate servía a ambos y la diferencia de goles, en caso de derrota, les era muy favorable. Y así fue, Alemania venció con un solitario tanto de Müller, que dirigió un buen disparo de primeras para sumar su cuarto tanto en el torneo y otorgar el liderato a su selección.

Es verdad que los norteamericanos, a pesar de todos sus esfuerzos solidarios en la presión de un poblado centro del campo, no pudo disputarle en ningún momento a los germanos la posesión del balón. El césped, esta vez en buenas condiciones, benefició al equipo más técnico y Kroos, Lahm y Schweinsteiger funcionaron con precisión. Por contra, Bradley volvió a aportar sentido a la salida de balón de EE.UU. y Dempsey fue referente en el ataque. El lateral derecho Fabian Johnson no pudo ser tan incisivo como en anteriores ocasiones y les fue complicado ensanchar el campo.

Aún así, gracias a la seguridad de Howard en portería y la motivación inquebrantable, disfrutaron en los últimos instantes de un par de ocasiones protagonizadas por Bedoya y Dempsey que a punto estuvieron de logar el empate. Está por ver que este esfuerzo, en parte innecesario, no vaya a ser un lastre en otro partido ya a vida o muerte ante Hazard y compañía.

En el otro partido del grupo G Portugal fue superior a una Ghana en la que muchos jugadores parecían haber bajado los brazos incluso cuando un sólo gol les daba el segundo puesto de grupo. Gyan fue líder y fue incordio constante para los lusos e incluso marcó tras rematar un excepcional centro de Asamoah. Los de Bento pudieron acabar con una ventaja de goles superior pero ni Cristiano, desafortunado en sus ocasiones, y Éder, de nuevo decepcionante, no pudieron soñar con remontar su propio goal average.

Por último, se cerró el grupo H, donde Argelia logró un histórico billete a octavos de final con el empate que lograron frente a Rusia. De nuevo la técnica de sus jugadores más adelantados salió a relucir y se sobrepusieron al tanto inicial de Kokorin a centro desde la izquierda de Kombarov. Con esta ventaja los de Capello apostaron todo a su repliegue y salida a la contra.

Poco a poco los africanos avanzaron metros, combinaron a mayor velocidad y la defensa rusa no era capaz de frenar a los eléctricos Brahimi y Feghouli. No obstante, el gol llegó en una acción a balón parado en la que Akinfeev volvió a fallar y Slimani marcó de cabeza. Después, ni siquiera el meta argelino M´Bolhi tuvo que emplearse a fondo para mantener a los suyos. En octavos se verán las caras con Alemania, donde no tendrán nada que perder y deberán mantener la ilusión en su juego de ataque para contar con opciones.

Bélgica, por su parte, certificó el pleno de victorias en un partido sin demasiada historia que se decidió en el último cuarto de hora, cuando Vertonghen empujó un rechace portero surcoreano, que repelió con apuros un disparo desde la frontral de Origi, una de las revelaciones del Mundial.

Juan Antonio Lopesiono

Twitter: @jumifutbol

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