Compartir coche es problemático

En los últimos años ha surgido una fórmula económica para desplazarse con vehículos privados. Ésta no es otra que compartir el coche propio con otras personas que por una suma asequible, que permite por ejemplo asumir el coste del combustible, serán acompañantes en desplazamientos ya concretados y que en muchos casos se realizarían con la mayoría de las plazas disponibles.

Al parecer, esta modalidad no ocasiona ningún conflicto, ya que se basa en la colaboración entre ciudadanos. Sin embargo, las voces discordantes no han tardado en surgir puesto que esta nueva forma de desplazarse supone un problema para modalidades clásicas como las líneas regulares de autobuses. Como la que cubre el trayecto Zamora-Salamanca, que lleva años transportando estudiantes que viajan a casa los fines de semana desde la ciudad universitaria y que últimamente ha perdido clientela. El propietario, de hecho, ha pedido auxilio a la patronal de autobuses, Fenebús, porque está perdiendo negocio. Y ésta ha reaccionado denunciando a la plataforma más popular entre los estudiantes de Salamanca: Blablacar.

Las empresas que ofrecen este servicio y unen a conductores con usuarios que buscan una forma cómoda y rápida de viajar, no paran de crecer aunque bajo la denominación de “consumo colaborativo”, operan en un limbo legal. No hay ninguna normativa, ni nacional ni europea, que defina o regule de manera transversal este tipo de actividades, que pueden desarrollarse en ámbitos muy diversos: viajes y coches compartidos, intercambio o alquiler de casas entre particulares, trueque de bienes y servicios, restaurantes caseros,bancos de tiempo, oficinas compartidas, financiación colectiva… “Somos como un tablón de anuncios, nos limitamos a poner en contacto a personas con intereses comunes, por lo que no se nos puede considerar nada parecido a una empresa de transporte público. Es como si obligaran a un periódico a hacerse responsable de todos los anuncios de particulares que aparecen en sus secciones de anuncios clasificados”, argumenta Vincent Rosso, director general de Blablacar para España y Portugal.

Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/03/25/actualidad/1395770666_637850.html

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