Inglaterra, al borde del precipicio
La selección inglesa de Roy Hogdson ha participado en dos de los mejores partidos que hasta ahora se han disputado, al menos para el espectador neutral, pero ha perdido en ambos, por lo que apenas le queda una remota opción de triple empate con Uruguay y Costa Rica para clasificar a octavos de final. Rooney marcó su primer gol en tres mundiales pero el nombre propio fue Luis Suárez, recuperado in extremis de su lesión y autor de los dos goles que dieron la victoria a los suyos.
Inglaterra repitió el once que cayó ante Italia pero las sensaciones no fueron tan buenas ante un equipo tan combativo como el que fue el utilizado por Tabárez, que se vio obligado a incluir al joven Giménez y a Álvaro Pereira en el equipo titular y ambos rindieron a gran nivel. No sería se extrañar que en el próximo encuentro fuesen de la partida. Además también participó Lodeiro en la mediapunta y su actuación, de más a menos, fue positiva para la celeste.
Tras un dominio alterno en el que ambas defensas sufrían ocasiones de peligro, como el cabezazo de Rooney a la madera, llegó el primer tanto del encuentro. El gol que certificó el 1-0 uruguayo lo fabricaron Cavani con una genial asistencia y Suárez con un remate cruzado. La ventaja dio alas al equipo, que creció como bloque y luchó cada posesión con gran intensidad. Arévalo Ríos en el centro, el propio Cavani con un ida y vuelta frenético y los laterales, con agresividad, impidieron las ventajas que esperaban los veloces futbolistas ingleses.
Hubo que esperar a mediada la segunda parte para que Inglaterra avanzase metros, aprovechando el desgaste rival y por medio de Sturridge, el jugador más que destacó por su movilidad y regate en los costados. De él nació la jugada del empate que anotó Rooney casi a placer. La tendencia del encuentro era favorable a los ingleses en esos instantes.
Sin embargo, el principal arma ofensiva de Uruguay se mantenía en el césped. Agotado tras varias semanas de inactividad pero atento a cualquier balón largo de sus compañeros. Éste llegó tras un balón peinado de Gerrard que ninguno de los centrales alcanzó pero sí el delantero del Liverpool, que se escoró en el área y batió a Hart con un fuerte disparo para dar la victoria, que celebró entre lágrimas, a su país.
Colombia y Costa de Marfil disputaron el otro partido más destacado de la jornada y la victoria de la selección cafetera les otorgó la clasificación a la siguiente fase. Pekerman repitió equipo y Lamouchi introdujo la única novedad de Gradel por Kalou, por lo que Drogba volvió a disputar tan solo la última media hora.
Los tres goles llegaron en la segunda mitad. Con la entrada del joven colombiano Quintero el equipo vivió unos minutos de inspiración que sirvieron para marcar, primero por medio de James Rodríguez a la salida de un córner en el que ganó la partida a Zokora y Drogba y luego por medio del propio Quintero al definir con tiro raso ante Barry.
Con la desventaja, los africanos crecieron sobre el terreno de juego con el arma de su lateral derecho. De nuevo Aurier fue de los más destacados con su velocidad, potencia y capacidad para servir buenos balones. No obstante, el tanto llegó desde el otro costado, con una fantástica acción individual de Gervinho, que regateó varios contrincantes y definió con un derechazo.
Más por empuje que por juego los costamarfileños crearon peligro y pudieron empatar el encuentro. Kalou tuvo una de las ocasiones más claras desde el centro del área pero el disparo fue flojo y Ospina lo atrapó sin problemas. Aún así, un empate en la última jornada ante Grecia será suficiente para clasificar.
Juan Antonio Lopesino
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